POEMAS - I Recital
Nuria Vila Clavell
CORAL
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Esa persona cayó derecha al mar
y rompió con arte las olas que brillaban como azul marino. Se sumergió.
Se estrelló contra la roca más colorida
y se enamoró de Coral;
mientras miraba todas las criaturas a su alrededor que desfilaban en fila india
y amamantaban el ambiente
mientras respiraban agua.
Se ciñó a Coral, bien cerca.
Y sufría por no poder volver a verla.
Coral lloraba mares y peces
que se escurrían de sus ojos
que renunciaron en su momento a la luz del sol que reza cada día.
Se estrujaron mano con planta
y se mimaron acuáticamente
mientras pensaban en cómo superar la respiración fuera del agua,
acumulando momentos compartidos
y desdibujando la tristeza.
REVOLUCIÓN CEREBRAL
Aquí conjugo las ideas que están dormidas en mi cabeza y que pronto despertarán.
Aquí participan ellas de una revolución cerebral en la que unidas empiezan a ser verbalizadas.
Aquí las agarra el bolígrafo en mano para llevarlas en su camino de lo inexistente
a lo que es palpable y legible,
bien presente.
Aquí suspira la más pobre de todas
vacía de contenido, de imágenes.
Sabe que morirá pronto.
Aquí es admirada la más viva
por aquella que suspira su muerte y resignada volverá a su lecho.
Aquí araña la potencia de la idea con las uñas recién limadas,
preparada para tener su sitio en este mundo.
Aquí sorprende ella al resto debido al no esperar de su vivo despertar.
Todos gritaron “Oh”.
Aquí ella seguirá viendo a otras apagarse.
Y ella intentará cogerlas de la mano y arrastrarlas a
lo real.
Aquí, maquinará mil y una triquiñuelas para que la acompañen,
para que hagan unión y se
verbalicen en papel o palabra.
Aquí, oirá la voz de aquellas que estén cansadas por el poco apoyo
y las empujará para sacarlas a flote.
Aquí morirán y muertas quedarán hasta que tal vez alguien las reviva.
Aquí, ella sentirá el triste lamento de tener que seguir adelante sola
pero reunirá fuerzas para
llegar hasta esta hoja de papel
y finalmente ser accionada por ti, por mi o por quién la haya pensado.
Y esa idea vivirá ya para siempre.
MIS NÓDULOS
Sostengo una copa vacía en mi mano.
Una copa frágil, suave y que es la invitación a la descordura,
A la locura desenfrenada.
Me recreo en compases conocidos que estaban escondidos en algún rincón de mi cabeza.
Se activan, ya existían, llaman a la memoria hasta que de repente salen por mis oídos
y llaman a mis labios a quedarse afónicos.
No sobrevivirán, me pasaré la vida con nódulos
a menos que decida de una maldita vez hacer
mis ejercicios de logopedia.
No se curarán,
tendrán siempre el empeño del roce de las cuerdas vocales
que se topan unas con otras por los bultos invisibles a la noche que le sobresalen.
Es como si poco a poco se sonrojaran mientras se conocen entre ellas,
mientras le canta una a la otra con cierta timidez y de ahí brotaran nuevas melodías.
Como si de repente deslizaran una corchera mal formada
que llamará la atención de todos los que me rodean.
“La copa” – pensarán.
“Mi voz frágil” – diré yo.
E intentaré enterrar de nuevo esa melodía en el cajón más hondo de mi cabeza
pero quizás no lo consiga.
No poseeré el control de ese mueble que con otra copa se volverá a abrir.
Y volveré a abrir un nuevo cajón,
alimentada por los sonidos que me envuelven,
y volveré a cantar
Aunque mi afonía me mate.