top of page

POEMAS - II Recital

Gergana Karaboycheva

UN ESPEJO DE CENIZAS

​

​

Lo que la luz no ve
Un espejo de cenizas,
Me miro en él y me veo más oscura que nunca.
El instante anterior fui fuego candente
devorando lo moribundo en mí.
Lo he muerto mirándolo a los ojos,
Mi mirada atravesando al cuerpo lúcido
pintado a la inversa.
Mi mirada abre el aliento
Con el cuchillo oxidado de la memoria,
Sangrando aquello sin decir.
Y me veo nueva, alterada,
Como un pájaro sin plumas.
Como un gusano sin piel.
Sin la carcasa humilde de mi saber
no soy más que la piedra del fondo
que hunde todos mis barcos.
Ahora que no estoy
Te dejo este mapa de palabras robadas
de ese lugar desde el que canto,
Donde mengua una mancha pálida y sutil,
y moribundo nace el reverso del horizonte
Es la esquina de mi ojo, la esquina del tuyo.
Ese lugar al que canto en soledad
Fascinada en temblor absoluto
Por la condena silente del no poder compartir
Lo que no se huele
Lo que no se palpa
Lo que se respira con sed.
Aquello que la lengua sólo bordea,
Pobres doblegadas palabras
que buscan el lugar, en el que por última vez
Vi morir el amor.
En ellas te dejo el mapa-
Para que vayas allí,
Para que te sientes,
Para que mires donde yo,
Y esperes ese milagro oscuro del fondo.
Tal vez lo veas,
Tal vez esté yo-
Yo, que hace tiempo he muerto,
Que yací en la memoria para esperar.
Y si no me encuentras,
Que no lo harás,
Al menos un rayo de mí luz
te habrá alcanzado
Aunque en él veas cualquier otra cosa.

ESCRIBIR

 


Es respirar la piel
El músculo
La sangre
Los huesos
Sobre el borde del más afilado cuchillo
Y la sangre será la tinta
Tinta caliente
Tinta viva, recién nacida
Portadora del amor
De los secretos
Dejo de escribir desde las costras,
Desde las cicatrices,
Para dejar la herida viva hablar
Con su magma de volcán inmundo
Déjame morir como la lava,
besando el agua.

​

ELEGÍA

​

A mi fascinación por tener el control

 


Qué triste el mundo sin ti
Qué amarga la vida
Qué vacías las manos sin el mando en ellas
Aunque fuese de mentira
Y bien ahora
Qué oscura y bella la fascinación por la vida
Por su río turbio y desconocido-
Soles verdes en las sombras
Qué doloroso el suicidio
Cuando tuve que clavar el cuchillo en tu pecho
Doloroso como tomar aire con los pulmones recién nacidos
Te lloro amante mío
Porque te detuviste tanto tiempo
Que creciste a ser parte de mi cuerpo
Dolor fantasma
Por una muleta abandonada
Te dejaré morir lentamente
Como un tren que se esconde a la vuelta de la esquina.
El amanecer tira una flor sobre la tierra de tus cenizas.

bottom of page