POEMAS - II Recital
Sara Martín Mateo
UN ESPEJO DE CENIZAS
​
Un espejo de cenizas sobre el que trazar con la yema húmeda
una despedida sangrante,
sobre el que ni el vapor del agua consigue crear la papilla arenosa
con la que empastarse una cara llena de poros sudorosos,
de heridas mal cerradas.
Cuelga, -torcido-, sobre aquella casa
que fue de vacaciones,
riqueza arruinada,
facturas acumuladas,
las primeras sudorosas de preocupaciones;
las últimas, rutina que despedazar,
cifras hechas añicos en manos que ya no tocan dolares, solo tinta roja
Amarillos suaves que en su día fueron blancos,
así son mis sábanas.
Flores estampadas con calvas en sus terciopelos,
alfombras carcomidas,
vidrios que deforman imágenes como el tiempo hizo con su cristal.
Olores que son húmedos
que penetran respiraciones
que hacen crecer moho en mis pulmones
Historias desgastadas por los bordes,
dobladas,
manoseadas,
demasido pensadas,
demasiado
Intentando ser olvidadas
Demasiado
La mesura nunca fue lo nuestro
Y ahora la hemos transformado en casa
ABRAZARTE Y DESAPARECER
Abrazarte y desaparcer
fundidas en lo que somos
un yo que se reencuentra
un yo que se reinventa
Niña maltratada,
dejada,
olvidada,
odiada por ser la gueisa de un perverso
culpada por su participación en un juego adulto
obligada a crecer en un intante
sin perder su carne fresca
sin dejar de oler a nuevo
satisfaciendo fantías tramadas en oficinas
debatiendose entre la cortesía y el buen trato
Adulto adorado en cuanto a formas
infancia rechazada por deformación
Ahora, dando vuelta a mis ojos
veo pupilas sangrantes
lágrimas que se tragaron
que se agolparon en una garganta cerrada
encierros en un baño
donde la higiene se pensaba suficiente para evitar embarazos
Ahora sé que yo, mi tú
no eras menos niña que las que lo fueron
que las que lo son
no seducías
no manipulabas
Ahora sé que yo, mi tú
y yo
estábamos en eterna pelea
Ahora las fuerzas se unen
luchan contra un él
jaula verdadera de una infacia despojada de inocencia
de un himen roto a destiempo
y sin conciencia
de una partida a la que le puso sus propias reglas
Ahora yo, ya no eres más tú
ahora eres un yo completado por un nosotras.
DADME, DADLE
Dadme escayola con la que construir tu imagen
antes de que el terrible poder de los años borre sus perfiles,
evapore su olor
y silencie tu ritmo
Dadme miedo para evitar enloquecer y volver a lo mismo de lo que quise curarme
Dadle carisma para convertirlo en el lider de sí mismo
y así crear su propio partido político
con campañas sin compromisos,
con promesas sin sueños.
Dadme calor que reviente mis varices
que hagan que la sangre brote y las burbujas se conviertan en globos
que transportan mensajes de bienvenida
Dadle un gemido vulgar, grosero y grotesco
que le haga sentir orgulloso de su virilidad perdida,
del orgasmo inalcanzable.
Dadme víboras que arrastren cuerpos geométricos,
cambios de camisas de plástico descompuesto
que crujan tran las pisadas.
Dadle una ecuación sin incognitas, sin letras secretas ni soluciones posibles.
Dadme cantos plañideros,
fados alegres
tangos llenos de esperanza.
Para que la música haga realidad tus lamentos.